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Obsesionado con volar la Audiencia

Los jueces condenan a 20 de los procesados de la Operación Nova, pero admiten que el jefe de los 'yihadistas' no comunicó su plan al resto de la célula

Abderrahmane Tahiri, más conocido como Mohamed Achraf, 34 años, marroquí y jefe de la célula de yihadistas constituida en la prisión salmantina de Topas a finales de 2003, vivía casi obsesionado con atentar con un camión cargado de explosivos contra la Audiencia Nacional. Así lo recoge la sentencia de la denominada operación Nova, que considera acreditado que Achraf "había concebido la idea de ejecutar una acción terrorista mediante el empleo de un vehículo cargado de explosivos y ocupado por muyaidines suicidas contra la sede de la Audiencia Nacional como lugar emblemático de la lucha contra el terrorismo, en una cuasi obsesión por determinados magistrados", en referencia a los jueces Baltasar Garzón y Juan del Olmo, que han instruido casos contra terroristas islamistas, incluido el sumario del 11-M.

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Sentencia íntegra de la Operación Nova

El tribunal que ha juzgado el caso, presidido por Alfonso Guevara e integrado por los magistrados Fermín Echarri y Flor Sánchez, ha condenado a Achraf y a los otros integrantes del grupo por pertenecer a una banda terrorista, pero les han absuelto de haber conspirado para la realización de ese atentado. Los magistrados reconocen que Achraf llegó a transmitir su plan en verano de 2004 a otro integrante de la célula, Kamara Birahima Diadie, para que éste consiguiera los explosivos. Pero, a juicio del tribunal, el plan no estuvo suficientemente desarrollado y no se ha probado que existiera una resolución firme de ejecución. "La ideación y planeamiento de un posible objetivo terrorista", dice la sentencia, "no constituye per se la existencia de una conspiración, sino que se trata de una actividad que se subsume en la propia pertenencia al grupo terrorista".

Los magistrados, no obstante, han aceptado varias de las tesis de la Fiscalía y han condenado a 20 de los 30 procesados a penas que oscilan entre los 5 y los 14 años de prisión. Dieciocho de los 20 condenados lo son por pertenencia o integración en banda terrorista, mientras que los dos restantes lo han sido por colaboración con el terrorismo y falsificación de documentos.

Un grupo cohesionado

El tribunal destaca en la sentencia que "no existe duda de que aquí nos encontramos ante un verdadero grupo cohesionado, permanente, estable y estructurado bajo el liderazgo indiscutible de Abderrahmane Tahiri [Achraf], creador del mismo y fuente ideológica para sus miembros, grupo cuya finalidad es la 'Cruzada Universal', Guerra Santa o Yihad, esto es, el ataque violento e indiscriminado contra seres humanos o cosas, sembrando un clima de pánico y terror colectivo, medio proyectado para la consecución del imperio universal de la Ley Islámica en consonancia con la ideología salafista, yihadista, takfir preconizada por el llamado Frente Islámico Internacional liderado por Osama Bin Laden".

La sentencia precisa que "el entramado formado por individuos organizados, férreamente adoctrinados por su líder (...) amparándose hacia el exterior en sus creencias religiosas, es un auténtico caldo de cultivo de actos violentos atentatorios contra la vida, integridad corporal, libertad" y constituye "un grave peligro para la sociedad occidental en general y para la española en particular".

Los magistrados se felicitan por la labor de los policías de la Unidad Central de Información Exterior (UCIE) de la Comisaría General de Información que desarticularon la célula yihadista para la que los "actos violentos constituyen su auténtica finalidad y razón de ser del grupo". El tribunal precisa que con el descubrimiento de la célula "felizmente logró evitarse".

Las principales condenas son para Achaf, 14 años; Addila Mimon, 11 años; Abdelkrim Bensmail, Said Afif, Hoari Jera y Mohamed Boukiri, 10 años a cada uno de ellos.

Los procesados en la Operación Nova, en la sala de vistas de la Audiencia Nacional. Achraf, de espalda, es el primero por la derecha.
Los procesados en la Operación Nova, en la sala de vistas de la Audiencia Nacional. Achraf, de espalda, es el primero por la derecha.EFE

El confidente falaz

La sentencia de la Operación Nova ha dejado claras varias cosas. Dos de los confidentes, Abu Jaber, más conocido como Cartagena, colaborador de la UCIE, y Smail Latrech, infiltrado del CNI, se retractaron en el juicio de sus manifestaciones sumariales en las que acusaban a Achraf y sus compinches y que, en su momento, octubre de 2004, fueron determinantes para el desarrollo de la operación.

Pues bien, el tribunal deja claro que las versiones que estos confidentes ofrecieron al principio a la policía y al juez Garzón son mucho más creíbles que las posteriores y que además están avaladas por otras pruebas y otros testimonios. "La Sala debe rechazar de manera rotunda y absoluta que nos encontremos en un supuesto de actos procesales obtenidos bajo la violencia o intimidación, ni siquiera hay la más leve sospecha de que esto suceda", dice la sentencia.

El tribunal tiene la convicción de que Cartagena y Latrech han mentido. La Fiscalía había pedido que se les retirara la condición de testigos protegidos y que se procediera contra ellos. Sin embargo, y a pesar de las mentiras, los magistrados indican al fiscal que todavía no es el momento de perseguir penalmente a Cartagena, sino cuando "recaiga sentencia de carácter definitivo".

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